Villefranche-sur-Mer, pequeño pueblo de 6000 habitantes, ofrece un paisaje mágico de aguas cristalinas y una ensenada que es conocida por ser una de las más bellas del Mediterráneo. Las calles estrechas y coloridas de la Ciudad Vieja atraen a multitud de paseantes en busca de especialidades locales. Este hermoso pueblo esconde muchos otros tesoros.